En el Perú, los detectives privados pueden trabajar en múltiples ámbitos, tanto de manera independiente como contratados por organizaciones. Muchos ejercen de forma autónoma ofreciendo servicios a personas que necesitan investigar casos familiares, personas desaparecidas, infidelidades, búsqueda de información o verificación de conductas. También trabajan para empresas privadas, realizando investigaciones laborales, verificación de antecedentes, prevención de fraudes, control interno o vigilancia encubierta. Además, colaboran con estudios de abogados en la recolección de pruebas para procesos judiciales y civiles, así como con aseguradoras para investigar siniestros, estafas o fraudes. Otros encuentran oportunidades en agencias de seguridad, consultoras de riesgos, áreas de inteligencia comercial y proyectos de investigación privada especializada. Esta profesión ofrece un campo laboral amplio, versátil y en crecimiento debido al aumento de la demanda de información confiable y profesional.